Es el acto de creerse no superior a nadie en ningún aspecto de nuestras vidas,
en ninguno, en ninguno.
Ni caminando, ni posando, ni murmurando, ni hablando, ni cocinando, ni arreglando, ni prosperando, ni aprovechando, ni cultivando, ni disfrutando, ni trabajando, ni animando, ni jugando, ni cortando, ni bailando, ni criticando, ni respirando, ni corriendo, ni bajando, ni encontrando, ni cantando, ni escribiendo, ni pintando, ni fotografiando, ni conduciendo, ni amando, ni callando, ni silbando, ni sonriendo, ni follando...
No soy humilde.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡Vale! por ahora...este relato de prosa poética en gerundio es mi favorito. Si Jaime Gil de Biedma reviviera, seguro que lo disfrutaría.
ResponderEliminarRítmico, rítmico... y con verbos importantes; si, me gusta esta tónica ¿me enseñas? yo no sé escribir así; me gustaría, pero no sé y aunque difiero en tu concepto de humildad, desde tu óptica: yo tampoco soy humilde porque, si, hay cosas que hago mejor que nadie y cuando sepa cuales son te las cuento ¿vale?
En fin... un besito
Fdo. Pelito ;-P
P.d: eres un poco malafollá,pero te quiero igual porque me gusta tu arte y me cae bien tu madre jejeje X-)