sábado, 20 de junio de 2009

Mercadillo

Tengo las manos sucias,
empolvadas y salpicadas,
huellas que no dicen nunca la verdad.
Tengo los pies arropados,
herencia de invierno que aumenta mi invierno,
trozos de telas que se tapan sus agujeros.
Tengo la cabeza en su sitio,
el tronco demasiado cedido,
la mandíbula muy quieta y
un músculo que me hace activar el cerebro.
Y por supuesto, como todos vosotros,
tengo química gastada.

Tengo toda esta materia para vender,
hago buen precio.

Amarillo

Estuvo por aquí....
Se sostenía balanceándose, ocupando el espacio
que dejaban el vaivén de sus iguales.
Marcaba la altitud enseñándole su sol al sol y le igualaba,
si señor.
Le miraba en desafío para después orientarse al cansancio
ruborizante de las miradas que duran tanto.
Si, estuvo aquí.
Por las mañanas yo venía a verla
y a su alrededor había mas,
pero...
no había mas.

lunes, 15 de junio de 2009

Com a oreixa do borrico

No voy a atrapar entre palabras que aquel lugar fuera tenebroso, oscuro, lleno de misterio. Pero el día y el nublado del cielo me invitaban a pensar en ello.

Sin contarlos adiviné decenas de arboles, puestos casi simetricamente a un lado y otro de la carretera dañada. Pude recorrer unos cien metros entre copas de hojas secas, suelo de hojas secas y aire de hojas secas.
Paredes amarillentas me esperaban sin ningún ánimo, una hilera de apenas treinta casas sumando ambos lados amurallaban el corazón de aquel lugar sin latido.
Varias vueltas chocadas en piedra, giros en madera y metal. De nuevo otra esquina, otra, varias dibujando una plaza de fuente hecha marmol, marmol hecho agua y agua inexistente.
Dos de las esquinas levantaban, como lo hacían mis ojos, una gran iglesia de puertas abiertas y techo ausente....¡Complicado imaginar a pueblos sin iglesias!
Bajé del coche, inquieto por la situación, la plaza callaba al viento, el silencio era más sonoro que cualquier ruido y la escalinata de la iglesia recibía después de quién sabe cuanto pisadas humanas.
Curvado por la emoción pero con vista erguida subía con seguridad la escalera de marmol rubio, que al igual que la fuente, mantenía casi intacto su aspecto. Duro y elegante permitía acercarme a aquella hoquedad sagrada, a la casa de un Dios que se olvidó de ella, a la iglesia de San Andrés.

Esquivando un travesaño de madera que apoyada sobre la pared hacía de improvisada puerta entré en el recibidor.
De suelo verde y marrón se hacía el templo, baldosas estrelladas en su propio suelo y uniones inacabadas por notable musgo. Ensangrentado lugar sin sangre, apartado de la historia como si de selección natural se tratara. Tapices hecho jirones, cuadros robados y fortuna cristiana saqueada por pobres diablos. Paredes huérfanas, cuerdas rotas a disparos y música sacra golpeada por culatas que hacen demasiado ruido.
Mi vista no para, imagino como fué, pienso en el calor de las velas, en la esperanza de la gente que camina hacia la puerta con el deber de visitar al creador.
Olor a tierra mojada y pan recién hecho, perros ladrando a la oscuridad, faroles colgantes dando luz a pisadas nocturnas.
Buenos días de "Don y Usted", soles partidos por el movimiento de las campanas de las que solo quedan cercos en el castigado suelo.

lunes, 8 de junio de 2009

Tres clavos en mi bolsillo (mal llevado cristianismo)

Convénceme,
convénceme de que hay algo más.

Convénceme de que ahorcar mis deseos
tan poco cristianos,
me servirán para echarle la soga al último
trozo de torta sagrada.


Convénceme de que se esparcirán,
que desaparecerán y no me moverán los pies
al latir con ira dentro de mí.

Convénceme de que las hostias que das
con tus manos a tantas bocas no son una metáfora.


Convénceme de que Él no tuvo como conciencia
a Dimas y Gestas.

martes, 2 de junio de 2009

La Berinto

Lo tupido de las paredes no proyectan ni mis claros,
ando pisando con mas cuidado que respirar y
el ruido me parece irritante.
El sabio miedo de mis miedos me observa con
una cámara a gran altura, más no me va
a perdonar que no me pare.
Paso....paso.....paro.
No me parece una gran idea pero torceré a la izquierda,
todo se anuncia oscuro, pero los ojos enfocan y ven en él.
Me acerco más al funambulismo y las manos se abren
como queriendo encontrar los agarres suficientes para no
parar de buscar.
Un perfil de lamento me inunda el oido, el cuerpo, las manos,
la mente, las fuerzas.
Te noto, me estiro como si un abismo me quisiera recoger...
sssssssssssss!, calla,calla, estoy aquí, estoy aquí.